sábado, 22 de noviembre de 2014

Apología del recuerdo I

Él solo le tiene miedo al miedo, sin saber, que hasta el miedo lo amaría.

Las fotografías dicen que aún seguimos siendo felices y que no necesitamos nada porque nos tenemos el uno al otro.  
Mis padres me siguen preguntando por ti y yo lo sigo haciendo al viento esperando que algún día me diga que todavía me echas de menos.
 El tic tac de los relojes suenan igual que cuando te esperaba en la estación, me confunden y he decidido tirarlos a la basura. Y así, ni el tiempo ni la distancia acaban con el roce de tu cuerpo en mi piel. 
Y seguimos caminando entre bar y bar, y seguimos caminando lento porque no puedes parar de besarme, y seguimos follando rápido porque no quieres que nos descubran cuando gemimos y gritamos que nuestra alma es libre.
 El mar sigue cantando para nosotros.
 Aún sigue susurrando tu nombre porque mientras yo te tocaba tambien se enamoro de ti y ahora reclama tu cuerpo desnudo en su orilla.
Los gatos solitarios de esta noche me dicen que te has ido y no los entiendo, creo que estan celosos porque nosotros sí fuimos salvajes y si supimos aullar a la luna que ya no perteneciamos a este mundo porque volabamos juntos.

Les digo que te noto tan cerca que todavía no te has marchado aunque ya no estés.
Te noto tan lejos que de amor me ahogo aunque sea lo único que me haya dado vida.

Porque es mas importante creer estar vivo aun estando podrido, que estarlo de verdad y no saberlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario